Es el bodegón tema o género pictórico independiente desde el s. XVII y por lo tanto vinculado con el barroco. Este género pictórico no adquirirá su merecido reconocimiento hasta el s. XX.

Introducción

Es el bodegón tema o género pictórico independiente desde el s. XVII y por lo tanto vinculado con el barroco. Color, luz y movimiento, son los elementos que definen la pintura barroca. El color predomina sobre la línea o dibujo, propia del Renacimiento. La luz dibuja o difumina los contornos, define el ambiente, la atmósfera del cuadro y matiza los colores. La escena se representa de forma, preferentemente, asimétrica. Uso de la diagonal.

El claroscuro es la técnica que busca crear efectos de luz y sombra en la obra para que la escena resulte más realista. El tenebrismo no es más que una aplicación extrema del claroscuro, por la cual las figuras centrales destacan iluminadas sobre un fondo oscuro, orientado hacia el dramatismo.

La Reforma protestante es clave en el desarrollo del bodegón. El mecenazgo de las obras religiosas desaparece y los artistas de los Países Bajos/Provincias Unidas, empiezan a pintar escenas de la vida cotidiana, retratos, paisajes y naturalezas muertas. De aquí pasó a Italia y España.

En los Países Bajos y Alemania las obras muestran las comodidades de la burguesía, y este bodegón trasmite bienestar, paz, tranquilidad…

El bodegón se vincula con la naturaleza muerta (aves, pollos, conejos; peces; vegetales; hortalizas; frutas; pan; queso…) y con la representación de objetos inanimados (útiles de cocina, objetos domésticos…), aunque ya encontramos antecedentes de naturaleza muerta en pinturas murales de tumbas faraónicas y en pinturas y mosaicos de Pompeya y Herculano.

 En los países católicos puede incluir un contenido simbólico y alegórico, e incluso de contenido religioso y alude a la caducidad de la vida, es el tipo vanitas, reflexión que resalta la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte, por lo que el cráneo y el esqueleto humano formarán parte importante de la escena.

El tercer tipo es el bodegón floral, florero o búcaro.

El primer gran pintor de naturalezas muertas fue Caravaggio, siendo una referencia la obra “Cesta o canasta de frutas” (1599).                                                                                                         

El primer pintor español que inicia el bodegón es Sánchez Cotán “Bodegón de caza, hortaliza y frutas” (1602). A destacar también del siglo XVII, al menos, a Velázquez, Zurbarán y Valdés Leal, además de los pintores presentes en el Museo de BBAA de Asturias.

Este género pictórico no adquirirá su merecido reconocimiento hasta el s. XX.

Eduardo Sánchez Rodríguez